1. EL RELATO SOBRE LA TEMPERANCIA DE RODRIGO DE NARVÁEZ DESDE LA ATALAYA CRÍTICA
⌅La circulación de la historia del moro Abindarráez y el cristiano don Rodrigo, como es sabido, cuenta con las versiones que transmiten la Crónica, el Inventario y la Diana1La Crónica, aparecida en 1561 en el taller toledano de Miguel Ferrer, está directamente emparentada con otra edición, titulada Corónica, de la que se conserva un ejemplar incompleto y sin año. El cuento sobre el moro y el cristiano también se integra en la novela pastoril de Montemayor, pero solamente a partir de la edición vallisoletana de 1562. Finalmente, en 1565, El Abencerraje se edita en el Inventario, de Antonio de Villegas. Contamos con una reciente edición crítica para la Real Academia Española al cuidado de Fosalba (véase El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española.). Para una recapitulación sobre la historia del texto y sus testimonios, remitimos a López Estrada (1957López Estrada, Francisco. 1957. El Abencerraje y la hermosa Jarifa. Cuatro textos y su estudio. Madrid: Publicaciones de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos., [1980] 2020López Estrada, Francisco. [1980] 2020. «Introducción». En El Abencerraje. (Novela y romancero), 9-120. Madrid: Cátedra.) y Fosalba (2017Fosalba, Eugenia. 2017. «Estudios y anexos». En El Abencerraje, 83-291. Madrid: Real Academia Española.). A propósito del debate –todavía abierto– sobre las filiaciones entre las tres grandes tradiciones textuales de El Abencerraje, amén del ya citado trabajo de Fosalba, son imprescindibles las lecturas de Whinnom (1959Whinnom, Keith. 1959. «The Relationship of the Three Texts of El Abencerraje». The Modern Languaje Rewiew LIV: 507-517.) y Torres Corominas (2008Torres Corominas, Eduardo. 2008. Literatura y facciones cortesanas en la España del siglo XVI. Estudio y edición delInventario de Antonio de Villegas. Madrid: Ediciones Polifemo., 2015Torres Corominas, Eduardo. 2015. «Antonio de Villegas, vida y literatura». Boletín de la Real Academia Española XCV, 311: 191-233. Accesible en: https://revistas.rae.es/brae/article/view/45 y 2018Torres Corominas, Eduardo. 2018. «Antonio de Villegas y Jorge de Montemayor: indicios de una disputa literaria a la luz de Damasio de Frías». eHumanista 38: 340-363. Accesible en: https://www.ehumanista.ucsb.edu/volumes/38). En lo que concierne a la transmisión textual y sus variantes, quedan pendientes algunas incógnitas en torno al fragmento narrativo que solamente el Inventario recoge en su entramado: se trata del cuento sobre el amor de don Rodrigo por una dama casada y su decisión de rehuir la tentación para así favorecer al marido de ella y evitarle la deshonra2La cuestión ha sido tratada previamente por Wickersham Crawford (1923Wickersham Crawford, James Pyle. 1923. «Un episodio de “El Abencerraje” y una “novella” de ser Giovanni». Revista de Filología Española X: 281-287.) y López Estrada (1964López Estrada, Francisco. 1964. «Sobre el cuento de la honra del marido defendida por el amante, atribuido a Rodrigo de Narváez». Revista de Filología Española XLVII: 99-133. 10.3989/rfe.1964.v47.i1/4.948). Navarro Durán (2007Navarro Durán, Rosa. 2007. «Masuccio y la novela española de la Edad de Oro». En La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300-1939), editado por María de las Nieves Muñiz Muñiz, 233-252. Florencia – Barcelona: Franco Cesati – Universitat de Barcelona., 241-246), por su parte, ha reincidido en el tema, llegando a unas conclusiones que han sido respaldadas por Berruezo (2015Berruezo, Diana. 2015. Il Novellino de Masuccio Salernitano y su influencia en la literatura española de la Edad de Oro. Vigo: Editorial Academia del Hispanismo., 159-163) en su estudio sobre la recepción de Masuccio Salernitano en la literatura española áurea. Finalmente, Torres Corominas (2008Torres Corominas, Eduardo. 2008. Literatura y facciones cortesanas en la España del siglo XVI. Estudio y edición delInventario de Antonio de Villegas. Madrid: Ediciones Polifemo., 449-450) y Fosalba (2017Fosalba, Eugenia. 2017. «Estudios y anexos». En El Abencerraje, 83-291. Madrid: Real Academia Española., 214-217) compendian el asunto en el estudio de sus ediciones, consagradas respectivamente al Inventario de Antonio de Villegas y a El Abencerraje.. De vuelta a Álora para entregarse al cristiano, Abindarráez y Jarifa escuchan este episodio de la viva voz de un anciano con quien se cruzan por azar en el camino. La manifiesta intención apologética de la historia conecta con una imagen totalizadora del protagonista: tras las pretéritas advertencias acerca de su talento marcial –sufragadas por todas las versiones de la obra–, el relato del Inventario refina la representación del caballero ideal como parte de unas circunstancias que atañen a la esfera privada y no solamente al universo público de los conflictos fronterizos. La narración, de hecho, va perfilando a un hombre de extraordinarias virtudes morales, dispuesto a reprimir todo impulso sensual a beneficio de la honra ajena, estimada como propia3En cuanto a la organización estructural en la versión del Inventario, a través de la inclusión de este cuento se da cumplimiento a una duplicación simétrica de la figura del valiente caballero, plasmada en torno al acto de narrar. Tal como subrayamos en nuestra primera contribución sobre el influjo novellistico en El Abencerraje (Resta 2021Resta, Ilaria. 2021. «Variedad en la unidad: la novella italiana en la construcción de El Abencerraje (I)». Diablotexto digital. Revista de Crítica Literaria 9: 282-304. 10.7203/diablotexto.9.20889, 292-293), «al ahondar en la construcción semántica que pretende brindar Villegas –la de un “vivo retrato de virtud”, según se recalca en el epígrafe inicial–, el inserto cobra trascendencia de cara a su lógica compositiva. Considerados bajo este prisma, los dos relatos interpolados en la diégesis principal cooperan ambos para una edificación completa y orgánica de la caracterización de dos protagonistas modélicos tanto en un plano público (explicitado a través de su valor y habilidad guerreras), como en un plano privado (demostrando su virtud y cortesanía en asuntos amorosos)»..
Esquematizado en sus líneas centrales, el relato refiere el rechazo que don Rodrigo recibe de una mujer casada de la que estaba enamorado en la época de su estancia en Antequera como alcaide de esa ciudad. El desprecio inicial de la dama se transforma en una inesperada predisposición que mucho le debe a las palabras del marido descuidado. El nuevo favor, en efecto, se alimenta al calor de las alabanzas del esposo acerca del descomunal valor del alcaide, comparado con un diestro gavilán. El crescendo narrativo produce otro cambio sorpresivo, esta vez por parte de don Rodrigo: al enterarse de la estima que goza de parte de quien pretendía deshonrar, el caballero cristiano refrena su pasión, renunciando a la dama y pronunciándose en favor de la salvaguarda de su honor de ahí en adelante. Según destaca Wickersham Crawford (1923Wickersham Crawford, James Pyle. 1923. «Un episodio de “El Abencerraje” y una “novella” de ser Giovanni». Revista de Filología Española X: 281-287., 286-287), la historia narrada por el anciano en el Inventario procedería del primer cuento de Il Pecorone, de ser Giovanni Fiorentino (1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore.), aunque, en ese mismo trabajo, también apunta a la reformulación de Masuccio Salernitano (1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza.) en la novella XXI de Il Novellino4En el motivo T13 –«Woman falls in love as a result of her husband’s praise of her suitor»– del Index de Rotunda (1942Rotunda, Dominic Peter. 1942. Motif Index of the Italian Novella in Prose. Bloomington: Indiana University., 183) se señala la relación entre los dos textos italianos y el episodio incluido en el Inventario..
Vale la pena aclarar, ante todo, que la historia que transmite ser Giovanni se benefició con mucha probabilidad de alguna fuente, oral o escrita. Di Francia (1924Di Francia, Letterio. 1924. Novellistica. Dalle origini al Bandello.. Vol. I. Milán: Vallardi., 208) la incluye en el grupo de las novelle originales de la colección del florentino, dejando en claro que pertenece a «un gruppo privilegiato di figliuoli legittimi in mezzo ad una schiera di bastardi». Aun así, reconoce la familiaridad con otros cuentos anteriores, afincados en el contexto literario cambro-normando, que se relacionan con el motivo de la honradez de un caballero hacia su amigo. Se trata del cuento «De Rollone et eius uxore», incluido en el De nugis curialum (Distinctio III, cap. V), una colección del siglo XII producto de la pluma de Walter Map (1893Map, Walter. 1983. De nugis curialium. Editado por Christopher Brooke y Roger A. Mynors. Oxford: Clarendon Press.) (. En este relato, sin embargo, no hemos hallado ninguna referencia al gavilán, que, tanto en las versiones italianas de ser Giovanni y Masuccio como en la de Villegas, llega a ser un ingrediente narrativo crucial para la nueva conducta de la mujer).
En el apartado dedicado a la novella de Masuccio, Di Francia (1924Di Francia, Letterio. 1924. Novellistica. Dalle origini al Bandello.. Vol. I. Milán: Vallardi., 458) señala otra fuente, contemporánea a la de Map, útil para reconstruir el proceso de circulación de la historia: es el cuento «De militibus quoque exempla laudabilia», transmitido entre el siglo XII y XIII por Giraldus Cambrensis (1862Giraldus Cambrensis. 1862. Gemma Ecclesiastica. En Giraldi Cambrensis Opera. Vol. II, editado por JohnSherren Brewer. Londres: Longman, Green, Longman and Roberts.) en su Gemma ecclesiastica (Distinctio II, cap. XII)5Hinton (1917Hinton, James. 1917. «Walter Map and Ser Giovanni». Modern Philology XV, 4: 203-209.) ha escudriñado el vínculo entre los cuentos de Walter Map, Giraldus Cambrensis, ser Giovanni Fiorentino y Masuccio Salernitano observando que la omisión del segmento relativo al gavilán, en su opinión, descarta una conexión directa entre Map y ser Giovanni. Más recientemente, Bendinelli (2004Bendinelli Predelli, Maria. 2004. «Fra cortesia, continenza e magnificenza: reinterpretazioni di un motivo erotico». En Transitions. Prospettive di studio sulle trasformazioni letterarie e linguistiche nella cultura italiana, editado por Kevin B. Reynolds; DarioBrancato; PaoloChirumbolo y FabioCalabrese, 91-98. Florencia: Edizioni Cadmo.) ha reincidido en estos lazos intertextuales.. Este relato, protagonizado por el soldado Reginaldo de Pompona, enamorado de la mujer de otro caballero, para Hinton (1917Hinton, James. 1917. «Walter Map and Ser Giovanni». Modern Philology XV, 4: 203-209., 209) podría ser «a possible source, more or less direct, for the novelle of Ser Giovanni and Masuccio, a source which contains the falcon simile, and which, we know, was within reach of Italian story». El alegato en favor de una transmisión de la narración de Giraldus Cambrensis se legitimaría, a su juicio, por la copia manuscrita de la Gemma Ecclesiastica que el clérigo le había regalado al pontífice Inocencio III, concluyendo que «we may safely assume that, in the course of time, the book was accessible to Italian clerks» (Hinton 1917Hinton, James. 1917. «Walter Map and Ser Giovanni». Modern Philology XV, 4: 203-209., 208).
La argumentación de Hinton podría contribuir a aclarar la paulatina circulación también en la península itálica de una historia que se atestigua en un lapso temporal casi contemporáneo en el territorio galés. Por otra parte, esta posibilidad tampoco descarta otra alternativa: o sea, la pertenencia del relato a un bagaje folclórico común, de ascendencia oral y no necesariamente literaria. Así las cosas, sus alteraciones serían congénitas al paso del tiempo y a los estímulos de cada contexto sociocultural en el cual se incorporase6A propósito de las distintas modulaciones de este núcleo narrativo, véase Bendinelli (2004Bendinelli Predelli, Maria. 2004. «Fra cortesia, continenza e magnificenza: reinterpretazioni di un motivo erotico». En Transitions. Prospettive di studio sulle trasformazioni letterarie e linguistiche nella cultura italiana, editado por Kevin B. Reynolds; DarioBrancato; PaoloChirumbolo y FabioCalabrese, 91-98. Florencia: Edizioni Cadmo.).. A tal propósito, quisiéramos subrayar que la referencia al gavilán en la Gemma se ofrece al modo de una equiparación abstracta entre el animal y Reginaldo, sin motivar la repentina (y cuando menos inoportuna) estimación que el marido profesará hacia el hombre que corteja a su esposa. La pareja, en este caso, no asiste a la escena del ave rapaz matando con destreza unos pájaros, un motivo compartido por los dos textos italianos y el cuento de Villegas. En el desarrollo de la trama en los tres relatos, en cambio, este evento (que el matrimonio observa desde una ventana en la versión de Il Pecorone, durante una partida de caza en Il Novellino y en su huerta en el Inventario) se vuelve significativo en la medida en que justifica el cambio de actitud de la dama. En tal sentido, la asistencia al episodio del gavilán y los comentarios lisonjeros del marido, quien en la destreza del animal reconoce el porte del alcaide, alientan el adulterio.
A propósito de las fuentes del relato del anciano en el Inventario de Villegas, según anticipamos, Wickersham Crawford respalda una vinculación directa con Il Pecorone, si bien, al mismo tiempo, menciona la anécdota de la comparación entre la presteza del ave de presa y el valor marcial de don Rodrigo, integrada en la versión masucciana. Pese a la irrefutable proximidad en esta digresión –que el texto de ser Giovanni no incorpora–, según Crawford no se trataría de un rasgo determinante para apoyar un parentesco entre ambos relatos, y termina decantándose por la novella de Il Pecorone7Recalca al respecto que «la semejanza puede nacer de una mera coincidencia, porque en lo demás El Abencerraje tiene una relación mucho más estrecha con la versión de Il Pecorone que con la de Il Novellino» (Wickersham Crawford 1923Wickersham Crawford, James Pyle. 1923. «Un episodio de “El Abencerraje” y una “novella” de ser Giovanni». Revista de Filología Española X: 281-287., 287). Se trata de una filiación solo en parte ratificada por la crítica posterior, aunque este planteamiento no es unánime y perdura cierta vacilación8A pesar del reconocimiento de muchos elementos en común con Il Pecorone, López Estrada (1964López Estrada, Francisco. 1964. «Sobre el cuento de la honra del marido defendida por el amante, atribuido a Rodrigo de Narváez». Revista de Filología Española XLVII: 99-133. 10.3989/rfe.1964.v47.i1/4.948, 338) se muestra titubeante a la hora de asumir con seguridad «una acomodación» a partir de ese texto, abrazando la posibilidad de otros canales de circulación; en la introducción de su edición de El Abencerraje, reincide en esta inseguridad alegando que los argumentos de Wickersham Crawford «no resultan del todo convincentes» (véase El Abencerraje[1980] 2020El Abencerraje. (Novela y romancero). [1980] 2020. Editado por FranciscoLópez Estrada. Madrid: Cátedra., 44).. Al tratar la circulación de la colección masucciana en España, Navarro Durán (2007Navarro Durán, Rosa. 2007. «Masuccio y la novela española de la Edad de Oro». En La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300-1939), editado por María de las Nieves Muñiz Muñiz, 233-252. Florencia – Barcelona: Franco Cesati – Universitat de Barcelona., 243) encara el tema subrayando cómo el cuento del viejo que Abindarráez y Jarifa escuchan en el camino para Álora es «una breve adaptación de la novela XXI de Masuccio»9Navarro también apunta a una filiación entre el argumento de El Abencerraje y otra novella masucciana, la 49 de Il Novellino. En el estudio anterior a este (Resta 2021Resta, Ilaria. 2021. «Variedad en la unidad: la novella italiana en la construcción de El Abencerraje (I)». Diablotexto digital. Revista de Crítica Literaria 9: 282-304. 10.7203/diablotexto.9.20889, 285-286), ofrecemos nuestra interpretación y refutamos una recuperación de la novella 49 de Masuccio en El Abencerraje, ya que –quitando la tangencialidad del motivo (común, además, a muchos otros cuentos)– difiere la articulación temática y estructural de las dos historias, y tampoco se vislumbran otras pruebas textuales que nos lleven en esa dirección.. Después de contrastar algunos pasajes de la obra masucciana y del relato de Il Pecorone con el Inventario, sin embargo, concluye más cautelosamente que «es difícil la segura designación de la fuente, porque podría ser que el escritor del Abencerraje conociera los dos textos» (Navarro Durán 2007Navarro Durán, Rosa. 2007. «Masuccio y la novela española de la Edad de Oro». En La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300-1939), editado por María de las Nieves Muñiz Muñiz, 233-252. Florencia – Barcelona: Franco Cesati – Universitat de Barcelona., 246); con todo, le concede cierta primacía a la versión de Masuccio10En su opinión, «no sería difícil que el escritor del Abencerraje coincidiera por azar con las variantes del relato breve del Pecorone [...] si quería alejarse en detalles de su fuente y hacer más sucinto el relato de Masuccio. En cambio, a la inversa, es casi imposible» (Navarro Durán 2007Navarro Durán, Rosa. 2007. «Masuccio y la novela española de la Edad de Oro». En La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300-1939), editado por María de las Nieves Muñiz Muñiz, 233-252. Florencia – Barcelona: Franco Cesati – Universitat de Barcelona., 246).. A través de un examen exhaustivo de los tres cuentos, proporcionaremos a continuación nuevos detalles hasta ahora desatendidos a fin de sistematizar la cuestión y formular, a la postre, nuestras conclusiones.
2. EN LA RED DE LA NOVELLA: MASUCCIO SALERNITANO, SER GIOVANNI FIORENTINO Y VILLEGAS
⌅De entrada, valga decir que la indeterminación crítica viene provocada por una palmaria contaminación de las dos novelle en la versión que proporciona Villegas, de manera que se van alternando los segmentos narrativos que aproximan el cuento de don Rodrigo ora a uno ora a otro texto italiano. Sin lugar a dudas, el tenor heroico-caballeresco en Masuccio refleja un sistema ideológico más acoplado al de las luchas fronterizas que sirven de telón de fondo para el relato del Inventario, frente al contexto urbano y burgués que configura el cuento de Il Pecorone. A tal propósito, y más allá del episodio narrado por el anciano, quisiéramos señalar una contigüidad a nivel estructural y argumental del segmento introductorio en el texto masucciano y El Abencerraje: ya desde la presentación de los personajes, de hecho, se ensalzan las virtudes militares de Bertramo en un caso y don Rodrigo en otro, sucesivamente amplificadas a través del episodio intercalado. El marco histórico es distinto (las luchas entre Manfredi de Svevia y Carlos I de Anjou para el dominio del reino de Sicilia, en un caso, y las contiendas en la línea fronteriza en tiempos de la Reconquista, en otro); sin embargo, al comienzo de ambos relatos se hace hincapié en la singularidad del coraje y de los méritos del caballero, cuyas empresas sobresalen en comparación con el resto de la tropa:
Non sono egli multi dì passati, che da un notevole cavaliero me fu per verissimo raccontato come nel tempo che fu debellato e morto Manfredo da Carlo primo, e per lui occupato e vinto tutto ’l reame, con la ditta conquista fu un valoroso e strenuo cavaliero, il cui nome fu misser Bertramo d’Aquino, vigoroso ne l’arme e nominato capitano, e ultra ciò, savio, proveduto e gagliardo, più che cavaliero che ne l’esercito de ditto re Carlo ne’ soi tempi se retrovasse (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 183).
Dice el cuento que en tiempo del infante don Fernando, que ganó a Antequera, fue un caballero que se llamó Rodrigo de Narváez, notable en virtud y hechos de armas. Este, peleando contra moros, hizo cosas de mucho esfuerzo, y particularmente en aquella empresa y guerra de Antequera hizo hechos dignos de perpetua memoria. [...] Hizo pues este caballero tanto en servicio de su ley y de su rey, que después de ganada la villa, le hizo alcaide de ella para que, pues había sido tanta parte en ganalla, lo fuese en defendella (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 39).
En Masuccio y Villegas es patente el propósito ejemplar y la insistencia en el tema de la virtud que se acentúa desde los preliminares extradiegéticos. Ahora bien, esta orientación en El Abencerraje conecta con un proceso de intensificación que se vale de la duplicación del protagonista virtuoso: la obra se presenta en su exordio como un «vivo retrato de virtud, liberalidad, esfuerzo, gentileza y lealtad», cuyo «cuerpo» lo ocupan el moro y el cristiano; además, según se aclara, otras figuras concurren a «dibujar la tabla» con «algunos rasguños» (El Abencerraje2017Fosalba, Eugenia. 2017. «Estudios y anexos». En El Abencerraje, 83-291. Madrid: Real Academia Española., 37)11En torno al tema de la virtud en El Abencerraje, recordaremos las contribuciones de Glenn (1965Glenn, Richard. 1965. «The Moral Implications of El Abencerraje». Modern Language Notes LXXX, 2: 202-209.), Guillén (1988Guillén, Claudio. 1988. «Individuo y ejemplaridad en el Abencerraje». En El primer Siglo de Oro. Estudios sobre géneros y modelos, 109-153. Barcelona: Crítica.), Torres Corominas (2008Torres Corominas, Eduardo. 2008. Literatura y facciones cortesanas en la España del siglo XVI. Estudio y edición delInventario de Antonio de Villegas. Madrid: Ediciones Polifemo., 434-468; 2013Torres Corominas, Eduardo. 2013. «El Abencerraje: una lección de virtud en los albores del confesionalismo filipino». Revista de Literatura LXXV, 149: 43-72. 10.3989/revliteratura.2013.01.003). Con respecto a la anécdota sobre don Rodrigo, Glenn (1965Glenn, Richard. 1965. «The Moral Implications of El Abencerraje». Modern Language Notes LXXX, 2: 202-209., 208) subraya cómo «Rodrigo’s virtue trascends courage in arms and moves into the sphere of charity. Because the story is inserted precisely at this point of the novel [...] it serves as a further revelation or insight into the character of this knight».. Análogamente, en la epístola dedicatoria a Antonella d’Aquino, que encabeza el cuento masucciano, el autor pone énfasis en su voluntad de brindar un testimonio de «la singulare virtù e magnificenzia, usata per uno eccellente cavaliero» (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 183). La explicitación inicial no se halla en Il Pecorone, en donde Auretto simplemente principia los encuentros con Saturnina alegando que esta historia «intervenne nella città di Siena, non è molto tempo» (Ser Giovanni 1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore., 9), y prescindiendo de toda aclaración intencional en cuanto al tema elegido. Con todo, cabe tener presente que, para Masuccio, la exaltación de la continencia varonil se conjuga con una vertiente misógina que, entre otras cosas, rezuma toda su colección. Considérese al respecto que el cuento de Bertramo es el primero del tercer libro, en cuya fórmula inaugural el autor deja en claro lo siguiente: «Finita la seconda parte del Novellino de piacevoli ragionamenti accompagnata, felicemente comencia la terza, ne la quale il defettivo muliebre sesso serà in parte crociato» (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 177). En el caso específico de la novella XXI, el autor apunta en dirección de una disparidad entre la conducta de hombres y mujeres, y se empeña en remarcarla por medio de la demostración: bajo su prisma dicotómico, virtud y continencia le pertenecerían a los primeros, debilidad e inconstancia a las segundas12En la dedicatoria se dirige a Antonella d’Aquino, elevada a modelo de mujer excepcional que supo vencer y superar «del femineo sesso […] la natura», para invitarla a juzgar «quanto e quale è differenziata la qualità e costume de le donne da quella degli uomini» (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 183)..
Ahondando en el fragmento novelístico incluido al modo de cuento de segundo grado en El Abencerraje, en ser Giovanni, Masuccio y Villegas el conflicto que activa la acción, como vimos, gira alrededor de la primitiva repulsión de una dama casada hacia su aspirante galán. En Il Pecorone, el narrador Auretto no ofrece ningún dato para dar razón de esta negativa, en contraposición a la versión masucciana, donde se señalan unos motivos plausibles: entre ellos, Masuccio indica el amor de Fiola hacia su marido, quizás a fin de recalcar la posterior y repentina mudanza como demostración de la habitual volubilidad femenina13Confirmaría esta hipótesis la respuesta del amigo de Bertramo, a quien el joven escribe para pedirle consejo sobre cómo interpretar la nueva conducta de Fiola: «Io non me maraviglio del tuo poco cognoscimento, per averte Amore abbagliato l’intelletto, da non farte cognoscere la qualità e costume de le femine, e quello a che loro defettiva natura le ha produtte. Pensi tu che in niuna de loro, per savia che sia tenuta, se trove fermezza o stabilità alcuna» (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 185).. Más allá del componente misógino, que no aflora en el cuento de Villegas (al menos, no de manera tan franca), reaparece aquí el mismo detalle narrativo para fundamentar el rechazo inicial:
Di che questo Galgano amava una gentildonna di Siena, la quale avea nome madonna Minoccia, moglie d’un gentile cavaliere [...]. Galgano sempre vestiva e portava la divisa della detta sua ‘manza, e spesse volte giostrando e armeggiando e faccendo di ricchi mangiari per amore di lei; e mai la detta madonna Minoccia el volse mai né udire né vedere (Ser Giovanni 1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore., 10-11).
Al quale [misser Bertramo] avvenne che, vedendo un dì ad un ballo madonna Fiola Torrella, [...] de lei se innamorò [...] e per lei cominciò a giostrare e a fare de multe magnificenzie; e in diversi modi spendendo e donando del suo, de continuo gli facea intendere, lei più che se medesmo amare. La donna, o che onestissima fosse, o vero per lo soverchio amore che al marito portava, del cavaliero e de’ soi vaghiggiamenti fandose beffe e ogni suo operare avendo a nulla, ogni dì più rigida e fiera gli si dimostrava (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 183-184).
Este caballero fue primero alcaide de Antequera, y allí anduvo mucho tiempo enamorado de una dama muy hermosa, en cuyo servicio hizo mil gentilezas, que son largas de contar, y aunque ella conocía el valor de este caballero, amaba a su marido tanto, que hacía poco caso de él (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 52).
Se aprecia una tangible fusión de las dos novelle sobre todo en el episodio vinculado con la observación del ave rapaz. Como vimos, difiere el contexto espacial y situacional: en Masuccio, se produce durante una cacería; en ser Giovanni, marido y mujer observan el animal desde la ventana de su hogar antes de cenar; en Villegas, en su huerta después de cenar. Tanto en El Abencerraje como en Il Pecorone, la circunstancia queda localizada en la esfera de la domesticidad; en la versión de Masuccio, en cambio, se desarrolla en una ocasión colectiva. Asimismo, el animal objeto de la comparación es un gavilán en ser Giovanni y Villegas, mientras que se trata de un halcón salvaje en Masuccio. No obstante, tal como en la novella de este último, las presas remiten a una bandada de aves (unas perdices en Masuccio, unos pájaros en Villegas) en oposición a la captura de una urraca en ser Giovanni14El animal rapaz es de propiedad de Galgano, el amante despechado, en ser Giovanni; es un ave salvaje que damas y caballeros ven durante la partida de caza en Masuccio y, finalmente, es del marido de la dama cortejada en Villegas.. No dejaremos de recalcar, además, que la reflexión del marido en Il Pecorone sigue una lógica rigurosa y circunstanciada de los eventos que no plantean las otras dos versiones y que puede resumirse de la siguiente manera:
—el gavilán le sirve a Galgano de pretexto para rondar la casa de la dama;
—al verle, el marido le invita a cenar, pero el joven rechaza la invitación;
—mientras está a punto de marcharse, el gavilán captura una urraca y la pareja observa toda la escena desde su ventana;
—el marido ensalza el valor de Galgano comparándolo con su ave.
Dicho de otro modo, la referencia a Galgano por parte del marido, las razones que le empujan a encomiarle y la consecuente inclinación de la mujer hacia su galanteador son el producto de una cadena de causalidad sólida y perfectamente fundamentada a nivel narratológico. En los otros textos, en cambio, esta alusión se da de forma abrupta y sin ninguna aparente razón que la motive. Por añadidura, en Il Novellino y en el Inventario la comparación entre el ave rapaz y el caballero concilia sinonímicamente la caza con la destreza militar:
Rispose messer Stricca: «Quello sparvero ha bene da cui risomigliare, però ch’egli è del più vertudioso giovane che sia in Siena, e ‘l più compiuto» (Ser Giovanni 1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore., 13).
E tra gli altri misser Corrado con allegro volto disse che gli parea aver visto a la similitudine del falcone misser Bertramo suo capitano ne la battaglia cacciando ed effugando gli inimici, e per modo tale che, ove lui apparea con la lanza o con la spada, niuno de’ soi avversarii ardeva d’aspettarlo; aggiungendo che non solo come ‘l visto falcone seguendo le fuggite starne, ma come un fiero leone fra vilissime pecore tra ‘l fatto d’arme de continuo si dimostravasoi tempi se retrovasse (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 183).
-¿Qué os parece, señora, del astucia con que el gavilán encerró los pájaros y los mató? Pues hágoos saber que cuando el alcaide de Álora escaramuza con los moros, así los sigue, y así los mata (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 53).
Recientemente se ha hecho hincapié en la desconveniencia de este comentario del anciano –quien subraya la crueldad de don Rodrigo hacia los moros– de cara a la ascendencia de sus interlocutores15Fosalba (2017Fosalba, Eugenia. 2017. «Estudios y anexos». En El Abencerraje, 83-291. Madrid: Real Academia Española., 53 n. 34) advierte que «este comentario supuestamente elogioso acerca de la habilidad del galán en el arte de matar moros no está en la novela de ser Giovanni Fiorentino, por lo que hay que entender que es un añadido de Villegas, de oportunidad más que dudosa, puesto que quienes escuchan el relato son los musulmanes Abindarráez y Jarifa».. A tal propósito, dos reflexiones se hacen necesarias: la primera es que, evidentemente, la presencia de este segmento es un indicio ulterior de que uno de los hipotextos en Villegas deriva de Masuccio, o en todo caso de la tradición transmitida por esta novella; de modo que queda refutada la hipótesis de Wickersham Crawford acerca de una mera coincidencia. Otro aspecto que quisiéramos poner de relieve guarda relación con las peculiaridades de la construcción narrativa de El Abencerraje. El cuento sobre la templanza de don Rodrigo es un episodio ensartado: en concreto, estamos ante una narración de segundo nivel en la cual el anciano –a la vez narrador intradiegético y heterodiegético– transmite un acontecimiento presentado como verdadero. Abordado, pues, desde su mecanismo interno, la referencia a la brutalidad del caballero hacia los moros no plantea ningún fallo lógico en su semántica narrativa, debido a que la pareja noble de la que se habla es evidentemente cristiana. Aun sin precisarlo, se sobrentiende que el matrimonio vive en la Antequera regida por don Rodrigo, como probablemente otros cristianos; más aún, la locución «escaramuza con los moros» supone un distanciamiento expresivo respecto a los perjudicados por la ferocidad del alcaide, es decir los musulmanes. Análogamente, si enfocamos la cuestión desde el punto de vista de los receptores intradiegéticos del primer nivel narrativo –Abindarráez y Jarifa–, tampoco hubieran podido sorprenderse ante el discurso del viejo, por la simple razón de tener un claro conocimiento de las peleas sistemáticas en territorios fronterizos. Tanto es así que la misma agresión que sufre Abindarráez al comienzo de la obra, y que le causará una lesión física además del cautiverio, remite a un ataque nocturno y sorpresivo que don Rodrigo había organizado como puro entrenamiento marcial16En la obra, don Rodrigo señala que «ninguna cosa despierta tanto los corazones de los hombres como el continuo ejercicio de las armas, porque con él se cobra experiencia en las propias y se pierde miedo a las ajenas» (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 39-40).. Claro está que, al llegar a Álora, el moro averiguará otra faceta del caballero cristiano, acreditando de visu su magnanimidad, anteriormente ilustrada por el anciano viajante.
Los vaivenes entre ambas novelle persisten en las secuencias sucesivas a la escena del gavilán. En particular, las reflexiones de la dama tras el elogio de su pretendiente enseñan un nuevo vínculo entre Masuccio y Villegas, sobre todo en cuanto a la puntualización que remite al poder persuasivo del discurso encomiástico escuchado poco antes:
Di che la donna notò queste parole e tennesele a mente (Ser Giovanni 1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore., 14).
Racontò [misser Corrado] tante altre digne parte de soe virtù, piacevolezze e magnificenzie, che ivi non restò persona alcuna, che non gli dovenisse assai più partesana che non era lui. E tra gli altri madonna Fiola, che già mai né lui né soe virtù gli erano nel petto possute intrare, udendo tante lode dargli dal suo marito, a le parole del quale dava mirabile fede, gli fu cagione de la passata durezza in sommamente amarlo convertire (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 184).
Y comenzó a hablar de él muy altamente, tanto, que a la dama le vino un cierto arrepentimiento, y dijo: “¡Pues cómo! ¿Los hombres están enamorados de este caballero, y que no lo esté yo de él, estándolo él de mí? Por cierto, yo estaré bien disculpada de lo que por él hiciere pues mi marido me ha informado de su derecho” (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 53).
Por otra parte, el encuentro entre los dos amantes se realiza en el Inventario con ocasión de la ausencia momentánea del marido y gracias a la intermediación de una criada enviada por la dama, como en Il Pecorone17El erotismo que destila este segmento en ser Giovanni queda desactivado en Villegas (Wickerham Crawford 1923Wickersham Crawford, James Pyle. 1923. «Un episodio de “El Abencerraje” y una “novella” de ser Giovanni». Revista de Filología Española X: 281-287., 286; Fosalba 2017Fosalba, Eugenia. 2017. «Estudios y anexos». En El Abencerraje, 83-291. Madrid: Real Academia Española., 53 n. 37).. En este caso, Villegas y ser Giovanni brindan una versión común de este segmento frente a la de Masuccio, donde se interpola una larga digresión para transmitir la respuesta que el amigo de Bertramo le da a su interrogante sobre cómo portarse con Fiola. Finalmente, el amigo le sugiere que le escriba a la mujer, lo que produce la primera conversación (indirecta) entre Bertramo y la dama, y la consecuente invitación a acercarse por la noche a su jardín donde ella acudiría «adormito fusse il suo marito» (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 186).
En el epílogo, la estructura macro-temática e incluso algunos giros expresivos son análogos en las tres versiones, tales como la invocación inicial a Dios en la alocución del protagonista para motivar su marcha atrás. Con todo, las amplificaciones que brinda Masuccio en esta secuencia también destacan en Villegas, según puede observarse:
Disse Galgano: «Non piaccia a Dio, né voglia che, poi che ’l vostro marito ha fatto e detto di me tanta cortesia, ch’io facci a lui villania»; [...] e mai più guardò quella donna per quello affare, e a messere Stricca portò sempre singularissimo amore e reverenzia (Ser Giovanni 1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore., 17).
Cara madonna, toglialo Dio che l’amore che me porta il tuo virtuoso marito, con lo soverchiamente lodarme, insiemi con tant’altre cose per lui ditte e operate verso de me, recevano tale vizioso guidardone, de farme in alcuno atto procedere contro le più soe care cose, che in disonore li possano né poco né multo retornare; anzi sempre da qui davanti ponerò per lui la persona e le facultà, come per proprio fratello e lialissimo amico se devono ponere, e te averò de continuo per sorella, offerendome de quanto che me sia e vaglia, con lo avere e le corporale forze insiemi, per lo conservare del tuo onore e bona fama (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 189).
Por cierto, señora, yo os quiero mucho y os querré de aquí adelante, mas nunca Dios quiera que a hombre que tan aficionadamente ha hablado en mí, haga yo tan cruel daño. Antes, de hoy más, he de procurar la honra de vuestro marido como la mía propria, pues en ninguna cosa le puedo pagar mejor el bien que de mí dijo (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 54)18La cursiva en las citas es mía..
En Il Novellino, Bertramo insiste en su decisión de no pagar con «tale vizioso guidardone» a quien había manifestado tan buena opinión de él, lo que halla su correspondiente en el comportamiento de don Rodrigo; además, en ambos se explicita la intención de preservar en adelante el honor del rival, venciendo su propio interés. La cortesía, pues, elemento fundante de la sociedad caballeresca, queda remarcada por una suerte de competición que Bertramo y don Rodrigo no desaprovechan: no solamente renuncian a la dama, sino que también se disponen a la custodia de la honra ajena, como si de la propia se tratara. Asimismo, y como también ha reconocido Navarro Durán (2007Navarro Durán, Rosa. 2007. «Masuccio y la novela española de la Edad de Oro». En La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300-1939), editado por María de las Nieves Muñiz Muñiz, 233-252. Florencia – Barcelona: Franco Cesati – Universitat de Barcelona., 244), la reacción de la mujer descrita por el narrador heterodiegético aproxima de nuevo la versión de Villegas a la masucciana:
E subito si gittò fuori del letto e rivestissi, e prese commiato dalla donna, e andossi con Dio (Ser Giovanni 1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore., 17).
E teneramente in fronte basatala, e multe grazie rendutele de sua liberale venuta, da lei se partì. Si la donna restasse confusa e schernita, facilmente se pò considerare (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 189).
Y sin aguardar más, se volvió por donde había venido. La dama debió de quedar burlada (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 54).
En ser Giovanni, según puede notarse, no hallamos ningún tipo de réplica: únicamente se subraya el acto del caballero y su templanza en un momento de intimidad; lo que, poco después, comenta pícaramente Saturnina al final del relato, remarcando su probable falta de firmeza de haberse encontrado ella en esa idéntica situación19«Molto m’è piaciuta questa tua novelletta, considerata la fermezza ch’ebbe cului, avendo nelle braccia colei, cui elli avea cotanto tempo disiderata. E s’io fossi stata in quel caso che fu egli, non so ch’io m’avessi fatto» (Ser Giovanni 1974Ser GiovanniFiorentino. 1974. Il Pecorone. Editado por Enzo Esposito. Ravenna: Longo Editore., 17).. En Il Novellino y en Villegas, al contrario, en el epílogo se da a conocer el punto de vista de la dama, aunque también es cierto que, en su novella, Masuccio introduce un segmento narrativo ausente en El Abencerraje: se trata de una pequeña variante en la intriga, en armonía con el tono misógino y el propósito anunciado en la epístola dedicatoria de señalar las virtudes masculinas frente a la naturaleza maliciosa y ávida de las mujeres20«E sciolte da un fazzoletto certe ricche gioie, che per donarglile avea portate, gli le bottò in grembo, dicendo: Porterai queste per mio amore; e recordandote del mio presente adoperare, pensa d’essere più liale a tuo marito che stata non se’. [...] Si la donna restasse confusa e schernita, facilmente se pò considerare; pur, tirata da loro innata avarizia, strengendo a sé le carissime gioie, a casa se ne ritornò» (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 189)..
Finalmente, López Estrada ([1980] 2020López Estrada, Francisco. [1980] 2020. «Introducción». En El Abencerraje. (Novela y romancero), 9-120. Madrid: Cátedra., 166 n. 57) ha sido el primero en reparar en la similitud del comentario de Saturnina, al que acabamos de aludir, con las palabras que Jarifa pronuncia tras escuchar la historia del anciano: «Por Dios, señor, yo no quisiera servidor tan virtuoso: más él debía estar poco enamorado, pues tan presto se salió afuera y pudo más con él la honra del marido que la hermosura de la mujer» (El Abencerraje2017El Abencerraje. 2017. Edición, estudio y notas de EugeniaFosalba. Madrid: Real Academia Española., 54). Al terminar el anciano su narración, se produce una transición del segundo al primer nivel narrativo; lo cual, desde un punto de vista estructural, coincide con la circularidad propia de las novelle enmarcadas. Una de las funciones del marco consiste precisamente en establecer una comunicación semántica entre los distintos niveles narrativos, tanto en la sección que anuncia el cuento como en la conclusiva. Este nexo se manifiesta, claro está, en Il Pecorone, pero tampoco desaparece en Masuccio, pese a la falta de una cornice tradicional: en efecto, si por un lado la integración de las epístolas para encabezar los cuentos fragmenta la fluidez y la continuidad del marco prototípico al estilo boccaccesco, por otro no pierde por completo su función conectiva21Precisamente al final del cuento XXI tenemos una intervención de Masuccio, quien, a modo de narrador heterodiegético, va adelantando el tema de la novella sucesiva: «Però che non se porria tanto eccessivamente commendare la racontata virtù di misser Bertramo verso il suo amico dimostrata […]. Nondimeno, recordandome del notevole consiglio del suo amico, e quanto nel suo vero e commendevole trascorso dechiarò la qualità, natura e costumi de le femine, per volerme col suo iudicio confirmare, mostrerò in questa altra prossima novella quello che una scelerata ribalda adoperasse, per saziare in parte la sua sfrenata libidine» (Masuccio 1979MasuccioSalernitano. 1979. Il Novellino. Editado por Salvatore Nigro. Roma – Bari: Laterza., 190).. El caso es que incluso en la estructura de El Abencerraje es posible divisar un procedimiento análogo, amarrado a la acostumbrada sociabilidad de la novella22En lo tocante a la organización estructural de la obra, recordaremos los estudios pioneros de Gimeno Casalduero (1972Gimeno Casalduero, Joaquín. 1972. «El Abencerraje y la hermosa Jarifa: composición y significado». Nueva Revista de Filología Hispánica XXI: 1-22. 10.24201/nrfh.v21i1.2857), Rey Hazas y Sevilla Arroyo (1987Rey Hazas, Antonio y Sevilla Arroyo, Florencio. 1987. «Contexto y punto de vista en El Abencerraje». Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica 6: 419-428. Accesible en: https://core.ac.uk/download/pdf/38833172.pdf) y Stoll (1995Stoll, André. 1995. «Avatares de un cuento del Renacimiento: el Abencerraje, releído a la luz de su contexto literario-cultural y discursivo». Sharq Al-Andalus 12: 429-460. Accesible en: https://www.cervantesvirtual.com/obra/avatares-de-un-cuento-del-renacimiento-elabencerraje-releido-a-la-luz-de-su-contexto-literario-cultural-y-discursivo/). Sobre la construcción novellistica en El Abencerraje, remitimos a Resta (2021Resta, Ilaria. 2021. «Variedad en la unidad: la novella italiana en la construcción de El Abencerraje (I)». Diablotexto digital. Revista de Crítica Literaria 9: 282-304. 10.7203/diablotexto.9.20889).
Si nos orientamos hacia el contenido del comentario de Saturnina, trasluce aquí el llamado al encuentro entre los dos amantes: en particular, está dotado de un barniz de fino erotismo el momento en el que, tras unos primeros acercamientos físicos, los dos se desnudan en la alcoba de ella. De ahí que las palabras de Saturnina dejen entrever su picardía al destacar la firmeza de un hombre que supo refrenar sus instintos en semejante situación. El comentario de Jarifa, en cambio, ha de reconducirse a una circunstancia y un significado distintos, ya que la declaración de la mora refleja su incapacidad por entender la conducta del alcaide y la estimación del honor más allá de todo interés personal, inclusive del sentimiento amoroso. Una falta de comprensión que, además, Jarifa ya había manifestado con antelación cuando le propone a Abindarráez saldar la deuda con don Rodrigo enviándole una suma de dinero como rescate. Es paradigmático el rechazo del Abencerraje, al integrarse de manera muy clara en el discurso de quien considera un «gran yerro» que un caballero incumpla la palabra dada. Se pone de relieve, pues, una explícita dicotomía entre el pragmatismo de Jarifa –cifrado en el derecho de los sentimientos– y el código caballeresco que profesa Abindarráez, el mismo que alienta el comportamiento de don Rodrigo con la dama casada en Antequera. Más allá de una posible interferencia novelística, la puntualización de Jarifa al anciano creemos que es coherente con la construcción de su personaje. De hecho, frente al talante malicioso de Il Pecorone, ese comentario viaja en otra dirección, en la defensa de los imperativos del amor, y encaja del todo con la caracterización de Jarifa: la de una figura secundaria que, así y con todo, contribuye a «ilustrar la tabla» de ese «retrato de virtud» por la decisión de entregarse ella también como cautiva junto con su pareja.
3. A MODO DE CIERRE: IMBRICACIÓN TEXTUAL Y NUEVAS HIPÓTESIS
⌅A partir del examen proporcionado en las páginas anteriores, es incontrovertible la huella masucciana en el episodio de don Rodrigo, tanto desde el punto de vista argumental como en la recuperación del contexto caballeresco y de algunos matices expresivos. Por otra parte, los elementos que unen el relato del Inventario a Il Pecorone, aunque cuantitativamente menores, no son marginales en lo que concierne a la articulación de la historia y, sobre todo, no creemos que su integración se haya generado de manera casual. Tampoco compartimos el reconocimiento de un «sentido» del episodio que resultaría más acoplado a Masuccio, según sostiene Navarro Durán (2007Navarro Durán, Rosa. 2007. «Masuccio y la novela española de la Edad de Oro». En La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300-1939), editado por María de las Nieves Muñiz Muñiz, 233-252. Florencia – Barcelona: Franco Cesati – Universitat de Barcelona., 246): el relato de este novelliere, como vimos, se hace portavoz de un contenido misógino concretamente ilustrado por los avatares de Bertramo, símbolo de templanza varonil frente a la inestabilidad femenina. Por su parte, el cuento de Villegas se cifra en la promoción de un discurso epidíctico a partir de la conceptualización de dos figuras tan solo en apariencia antinómicas por su ascendencia y credo religioso, pero que, finalmente, se elevan ambas a emblemas de virtud absoluta. Sospechamos, pues, que la digresión de Villegas tiene que ver con la duplicación del cuento en el cuento y con la caracterización de los dos caballeros. A tal propósito, coincidimos con Torres Corominas (2008Torres Corominas, Eduardo. 2008. Literatura y facciones cortesanas en la España del siglo XVI. Estudio y edición delInventario de Antonio de Villegas. Madrid: Ediciones Polifemo., 450) al defender que la anécdota de la honra de don Rodrigo «refuerza las semejanzas entre Narváez y Abindarráez dentro de una narración idealista que busca las simetrías y la correspondencia armónica entre sus partes». Una simetría que, tal como ya recalcamos, estructuralmente viene forjándose en el Inventario en torno al mecanismo narrativo de la narración de segundo grado, a su vez reportada como noticia real (la que narra Abindarráez a don Rodrigo y la que el anciano relata a la pareja mora).
A nuestro juicio, pues, caben dos alternativas, ambas legítimas, acerca de la cuestión de los posibles hipotextos. Según una primera hipótesis, también conjeturada por Navarro Durán (2007Navarro Durán, Rosa. 2007. «Masuccio y la novela española de la Edad de Oro». En La traduzione della letteratura italiana in Spagna (1300-1939), editado por María de las Nieves Muñiz Muñiz, 233-252. Florencia – Barcelona: Franco Cesati – Universitat de Barcelona., 246), Villegas conocía los dos cuentos y decidió combinarlos. Una segunda hipótesis que quisiéramos sugerir remite a una transmisión híbrida –y quizás oral– de los cuentos de Masuccio y ser Giovanni23Recuérdese al respecto la opinión de Fradejas Lebrero (2018Fradejas Lebrero, José. 2018. Trayectoria de la novela corta en el siglo XVI, edición revisada y preparada por David González Ramírez. Turín: Accademia University Press., 90 y 96) sobre la trascendencia de la transmisión oral de cara a los intertextos novellistici en la novela breve del siglo XVI. En concreto, al examinar el caso de la Patraña III de Timoneda, señala que «quien tanto escribió, como Timoneda, tiene crédito para haberse basado en más de una ocasión en la literatura oral y, por esa razón, también, haber tomado el papel o rol de creador y no el de imitador, por haber coincidido en determinadas partes con una versión paralela». Análogamente, a propósito de la Patraña IX sostiene que «puede que esta sea una novela “puzzle”, compuesta de una fuente primaria y añadidos de varios otros novelistas italianos. Es la conclusión a que ha llegado la investigación moderna, lo cual hace de Timoneda un expertísimo en novellieri. Esto, dicho sea de paso, sería extrañísimo. [...] Y yo me pregunto, si es más que posible que Timoneda tuviera conocimientos de esta a través de la cultura oral de su época, ¿por qué hemos de creerlo un experto bibliófilo italiano del siglo XVI?». Igualmente, a propósito de las semejanzas temáticas entre la historia de El Abencerraje y un cuento del siglo XIII, que remite a los avatares del caballero cristiano Muño Sancho de Finojosa y el moro Aboadil, Fradejas Lebrero (2005Fradejas Lebrero, José. 2005. Novela corta del siglo XVI. Vol. IMadrid: Clásicos Libertarias., 184-185) insiste en la relevancia del acervo tradicional en el proceso de transmisión del tema: «Se han transformado tiempos, lugares, personajes y hasta motivaciones sociológicas (los moriscos aragoneses) pero la esencia anecdótica es la misma [...]. Así pues, la narración era conocida por todos y nadie se la podía atribuir, porque la anécdota venía rodando secularmente y lo único que se había hecho era acomodarla a los tiempos nuevos. Era un relato común y popular ampliamente conocido».. En general, la tendencia es la de apuntar a una transición del material cuentístico desde el acervo folclórico hasta el repertorio literario (o también de literatura a literatura); el caso es que el triunfo de las novelle y su extensa circulación demuestra que, en ocasiones, también puede darse el recorrido inverso24Lo prueban, las variantes argumentales del cuento del peral del Decameron que corren en Italia (incluso en versiones dialectales) y su contaminación con otras novelle no decameronianas. Para un compendio sobre la cuestión, remitimos a Resta (2016Resta, Ilaria. 2016. Fuentes, reescrituras e intertextos. La novella italiana en el entremés del Siglo de Oro. Madrid – Frankfurt am Main: Iberoamericana – Vervuert. Colección Escena Clásica, 10., 136-139).. Imbriani (1882Imbriani, Vittorio. 1882. «Sulla prima novella del Pecorone». Giornale Napoletano della Domenica XII: 3-4.) dio a conocer un manuscrito del siglo XV, detectado en la Biblioteca Comunale de Perusa, en el que se halla una versión dialectal en sexta rima de la primera novella de Il Pecorone25Les agradezco a los bibliotecarios de la Biblioteca Tucci de Nápoles que me hayan proporcionado con cortesía y prontitud una copia de la contribución de Imbriani, de difícil adquisición. El cantar dialectal manuscrito, descubierto por Imbriani, ha sido editado modernamente por Bendinelli (2002Bendinelli Predelli, Maria. 2002. «Storia della dama bolognese che s’innamora sentendo lodare un cavaliere dal marito. Cantare inedito del Quattrocento». Letteratura italiana antica III, 3: 19-40.). En realidad, el texto refleja un procedimiento de fusión textual entre la versión de ser Giovanni y la de Masuccio: desaparece toda referencia al ave rapaz y la acción se traslada al contexto medieval de una justa en la que el galanteador se luce, con lo cual la dama cortejada cambia de idea y empieza a acercársele. Más aún, en esta versión recurre, tal como en Masuccio, la declaración final del caballero a propósito de su voluntad de dejar las antiguas pretensiones y considerar a la dama como una hermana26Según observa Bendinelli (2004Bendinelli Predelli, Maria. 2004. «Fra cortesia, continenza e magnificenza: reinterpretazioni di un motivo erotico». En Transitions. Prospettive di studio sulle trasformazioni letterarie e linguistiche nella cultura italiana, editado por Kevin B. Reynolds; DarioBrancato; PaoloChirumbolo y FabioCalabrese, 91-98. Florencia: Edizioni Cadmo., 98-100), esta cola, que incorporan el cantar en sexta rima y Masuccio, muestra una clara interferencia con el epílogo de la novella 5 de la jornada X del Decameron: «E finalmente ti come sorela / trattarò sempremai per lo suo amore» (cantar anónimo); «da qui avanti ponerò per lui la persona e la facultà, como per proprio fratello e lialissimo amico se deveno ponere, e te averò de continuo per sorella» (Il Novellino); «e per ciò l’esser qui sarà, quanto vi piacerà, non altramente che mia sorella foste; e [...] me sempre per lo tempo avvenire avendo per fratello e per servitore» (Decameron). Descartamos, en cambio, una posible vinculación directa entre el cuento XXI de Masuccio, la novella 8 de la X jornada del Decameron y la patraña 22 del Patrañuelo, que propone Berruezo (2015Berruezo, Diana. 2015. Il Novellino de Masuccio Salernitano y su influencia en la literatura española de la Edad de Oro. Vigo: Editorial Academia del Hispanismo., 123). A pesar de la amplia difusión del cuento decameroniano de Tito y Gisippo, también como resultado de la traslación al latín de la historia, estas dos novelle quedan emparentadas únicamente por el motivo de la virtud del hombre hacia un amigo o un conocido, algo que, en realidad, podría congregar un sinfín de textos novelísticos. Es paradigmático, en este sentido, que Rotunda (1942Rotunda, Dominic Peter. 1942. Motif Index of the Italian Novella in Prose. Bloomington: Indiana University., 158) brinde para el motivo P315 –«Friends offer to die for each other»– un listado extenso y heterogéneo de cuentos relacionados con la novella de Tito y Gisippo: Gesta Romanorum, Disciplina Clericalis, Orlando furioso, Libro de los ejemplos, Patrañuelo. En el caso de Masuccio falta del todo el motivo de la amistad entre dos amigos que anima el cuento decameroniano, puesto que las razones por las que el protagonista se retrae no guardan relación alguna con la decisión de no perjudicar la amistad con el marido de la dama. En palabras de Bendinelli (2004Bendinelli Predelli, Maria. 2004. «Fra cortesia, continenza e magnificenza: reinterpretazioni di un motivo erotico». En Transitions. Prospettive di studio sulle trasformazioni letterarie e linguistiche nella cultura italiana, editado por Kevin B. Reynolds; DarioBrancato; PaoloChirumbolo y FabioCalabrese, 91-98. Florencia: Edizioni Cadmo., 100), «mentre nelle versioni viste finora è il senso dell’onore e dell’amicizia per il marito che determina la decisione dell’amante, nella versione di Masuccio lo sforzo dell’amante si configura quasi come in una gara di magnanimità col marito della donna». Añadimos al respecto que esta es la misma visión que trasluce en El Abencerraje y que, por lo tanto, descarta cualquier tipo de vínculo incluso a nivel de la estructura profunda con la novella de Tito y Gisippo.. La existencia de este texto da prueba de la contaminación entre las dos novelle; una contaminación que, al parecer, no queda circunscrita solamente a la península italiana. López Estrada (1964López Estrada, Francisco. 1964. «Sobre el cuento de la honra del marido defendida por el amante, atribuido a Rodrigo de Narváez». Revista de Filología Española XLVII: 99-133. 10.3989/rfe.1964.v47.i1/4.948, 332-336) ha dado cuenta de una relación de sucesos manuscrita –Libro de cosas notables que han sucedido en la ciudad de Córdoba y a sus hijos en diversos tiempos– conservada en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia27El manuscrito actualmente se conserva en dicha institución bajo la signatura 9/5739. En su estudio, López Estrada anota otros dos ejemplares manuscritos que incorporan el mismo episodio relacionado con Rodrigo de Narváez: el primero, que se remontaría al siglo XVII, también se conserva en la Real Academia de Historia con el título de Sucesos y cosas notables de la ciudad de Córdoba en forma de diálogo entre dos mercaderes, signatura 9/5584; el segundo, se halla en la Biblioteca Capitular Colombina de Sevilla: se trata del Diálogo entre Colodro, Escusado y Osario: casos especialísimos de Córdoba, signatura 58-2-12.. Entre las anécdotas acerca de don Rodrigo de Narváez, se relata un episodio muy parecido al transmitido por el anciano en el Inventario de Villegas, aunque con algunas variantes que vamos a resumir:
—toda referencia al episodio del gavilán se omite, como en la versión dialectal en sexta rima;
—al cambiar de actitud, la dama le envía un billete a don Rodrigo para invitarle a su casa, como en Masuccio y Villegas;
—el encuentro se realiza mientras el marido está ausente, como en ser Giovanni y Villegas;
—don Rodrigo duda sobre la mudanza repentina de su enamorada, como en Masuccio y Villegas;
—la alusión final a la reacción sorprendida de la mujer es idéntica a la de Masuccio («quedando la pobre señora avergonzada y confusa de lo hecho» / «Se la donna restasse confusa e schernita facilmente si può considerare»).
Es esta una evidencia ulterior de que la historia del amante honrado, divulgada por ser Giovanni y Masuccio Salernitano, llega a fundirse y generar híbridos, algunos de los cuales, en territorio ibérico, se integran en los hechos de don Rodrigo de Narváez28Existe otra línea de transmisión de la misma anécdota, esta vez sin atribuirse a Rodrigo de Narváez, en un fragmento de El cortesano de Luis Milán (López Estrada 1964López Estrada, Francisco. 1964. «Sobre el cuento de la honra del marido defendida por el amante, atribuido a Rodrigo de Narváez». Revista de Filología Española XLVII: 99-133. 10.3989/rfe.1964.v47.i1/4.948, 337 n. 15; Berruezo 2015Berruezo, Diana. 2015. Il Novellino de Masuccio Salernitano y su influencia en la literatura española de la Edad de Oro. Vigo: Editorial Academia del Hispanismo., 155-159). A este propósito, Berruezo (2015Berruezo, Diana. 2015. Il Novellino de Masuccio Salernitano y su influencia en la literatura española de la Edad de Oro. Vigo: Editorial Academia del Hispanismo., 159) alega que «aunque es cierto que no puede probarse una génesis directa, no puede obviarse la presencia de referentes italianos [...] en la obra de Luis Milán, en particular, por lo que no sería extraño pensar que habrían podido llegar a sus manos colecciones de cuentos italianas, entre ellas Il Novellino». Con todo, de momento ninguna prueba fehaciente deja constancia de esto; además, tomando en cuenta el cambio del contexto temporal, espacial y situacional, así como de la identidad del protagonista en el fragmento de Milán (don Manuel de León, quien da prueba de su valor al ser atacado por unos criminales), no parece prudente respaldar una filiación a partir de Masuccio, considerando también el recorrido de contaminación de esta narración.. Se trata de reformulaciones –algunas acopladas al ámbito de la ficción, otras a las relaciones de sucesos– no siempre cifradas en un hipotexto directo y unívocoo, y derivadas posiblemente del cauce oral.