Revista de Literatura 86 (172)
ISSN-L: 0034-849X, eISSN: 1988-4192
https://doi.org/10.3989/revliteratura.2024.02.054

Mejía Ruiz, Carmen y Eugenia Popeanga, (coords.) y Rocío Peñalta Catalán, (ed.). Las mujeres y sus relatos de viajes. Viajeras de los siglos XIX, XX y XXI. Madrid: Guillermo Escolar Editor, 2022, 219 pp.

 

Este libro, coordinado por Eugenia Popeanga y Carmen Mejía Ruiz y editado por Rocío Peñalta Catalán, recoge diez trabajos que tratan desde distintas perspectivas relatos de viajes de mujeres de los siglos XIX, XX y XXI. Son autoras de países de Europa y América del Sur y sus destinos se encuentran en diversos lugares de ambos continentes.

El libro se acompaña de una presentación y se divide en tres partes: «Viajeras del siglo XIX», con tres trabajos; «Viajeras del siglo XX», que incluye cuatro; y «Viajeras del siglo XXI», con otros tres.

En la presentación, titulada «Escritos de las viajeras», Popeanga expone el concepto de viaje como «una aventura vital», destacando que no solo hay viajes físicos, sino también viajes imaginarios. De los viajes, por su importante aspecto vivencial, han quedado numerosos testimonios escritos. Estos relatos tienen sus propias características formales. Popeanga destaca su «índole fáctica en la mayoría de los casos», la narración en primera persona, su contenido enciclopédico y el estilo «ficcional» en el relato de algunas anécdotas. En cuanto a los formatos en los que se pueden encontrar estos relatos, habla de diarios, crónicas y cartas, siendo estas últimas muy comunes en escritos de mujeres. Por último, hace un recorrido histórico desde las primeras mujeres viajeras de finales del siglo XVII y principios del XVIII, pasando por las pioneras que realizaron aquel Grand Tour del XIX, llegando a las escritoras profesionales del XX.

Los tres textos sobre viajeras del siglo XIX tienen en común la referencia a un contexto general de la situación de las mujeres respecto al viaje en esa época para pasar luego a la ilustración de un caso concreto que muestra la excepcionalidad entonces de una mujer viajera. El primero, «Voyage d’une femme au Spitzberg: el viaje de Léonie d’Aunet al Ártico en 1839», escrito por Diego Muñoz, expone el caso de esta mujer francesa de origen humilde que entró en los círculos artísticos parisinos y llegó a ser una escritora prolífica, siendo el relato del viaje al Ártico su obra de mayor repercusión. Su relato literario se recrea en las inclemencias meteorológicas, las dificultades de transporte, alojamiento y salud que el viaje les depara, así como la etnografía de las mujeres de aquellas latitudes.

«Viajeras británicas en Europa del Este», de Inés Carvajal, ofrece un recorrido histórico que sitúa el viaje como un género propiamente masculino a la vez que destaca la excepcionalidad de las primeras mujeres viajeras de los siglos XVIII y XIX, cuyos relatos destacan más los aspectos autobiográficos y personales, acordes con la falta de formación científica que esgrimen como excusa. Expone el caso de Emily Gerard, una mujer inglesa que estudió en Suiza y vivió dos años en Transilvania. Allí escribió «Transilvanian superstitions», un artículo publicado en la revista Nineteenth Century, y el libro The Land Beyond the Forest (1888), un relato de viaje que se piensa pudo inspirar a Bram Stoker para su obra Drácula (1897).

El último trabajo de esta primera parte, titulado «Las mujeres que viajan también son peligrosas: Pelo mundo fora, relato de un viaje femenino en el Portugal de finales del siglo XIX», está escrito por María Colom. La autora hace un recorrido histórico que aprovecha para clasificar el tipo de viaje propio de cada época: de peregrinación en la Edad Media, de experiencia de conquista, de exploración y comercialización en la Edad Moderna; y el viaje de placer y ocio característico del siglo XIX, ligado al desarrollo de los medios de transporte. Después, expone el caso de Maria Amália Vaz de Carvalho, primera mujer en ingresar en la Academia de las Ciências de Lisboa. En su obra, Pelo Mundo Fora, esta escritora relata su viaje a París, demostrando su bagaje cultural y literario, aunque tratando de imitar la voz masculina para ganar autoridad. Sin embargo, en la nostalgia hacia la familia, la patria y el idioma materno, se desprende su aportación femenina, así como la preocupación por la mujer y su educación.

La segunda parte, «Viajeras del siglo XX», presenta voces y formatos más eclécticos, con mujeres más conscientes de su activismo feminista. Son viajes con más énfasis en la transformación interior que en el recorrido exterior. El primer trabajo, «Sibilla Aleramo: el nomadismo real y metafórico», escrito por Valentina Zucchi, se basa en el viaje existencial de Sibilla Aleramo –seudónimo de la italiana Marta Felicina Faccio– plasmado en su novela autobiográfica Una mujer (1906). En sus escritos literarios, a los viajes reales se unen y entremezclan los espirituales, como demuestra el título de la obra que recoge su correspondencia con el poeta Dino Campana: Un viaggio chiamato amore.

El capítulo de Rocío Peñalta, «Victoria Ocampo: viajera ilustrada y cosmopolita», se centra en esta aristócrata e intelectual argentina que se relacionó con las personas más destacadas del mundo de la cultura europea y americana del siglo XX. El trabajo explora cómo sus viajes son parte intrínseca de su biografía y configuran su identidad híbrida que oscila entre su Latinoamérica natal y querida y una Europa que le fascina. Aunque no escribe un relato de viaje como tal, en su Autobiografía, sus Testimonios, ensayos y cartas, encontramos reflexiones y crónicas sobre ellos.

«Viajes, textos y perfiles femeninos en la obra de Aurora Bertrana del período de entreguerras», escrito por Juan M. Ribera, nos trae el caso de esta catalana instalada en Ginebra en 1923, desde donde viajó a distintos lugares de Europa, además de realizar dos estancias que la marcaron profundamente: una de tres años en Tahití y otra de tres meses en Marruecos. Bertrana escribirá crónicas periodísticas desde aquellos destinos que darán lugar a dos libros de viaje: Paradisos oceànics (1930) y El Marroc sensual i fanàtic (1936).

«Retratos y polaroids de Ana Matías. Un viaje al estilo Warhol por el Madrid de La Mala Fama (1986-1992)» nos habla de un viaje «fotobiográfico», una obra que se compone con las fotos que Ana Matías realizó en los años de la movida madrileña, recogidas en una obra tras dos décadas guardadas en una caja.

En la última parte, con las viajeras del siglo XXI, encontramos un viaje convencional a Bucarest, el viaje a la libertad tras experiencias de violencia y poesías de viaje. «Los viajes urbanos de Margo Rejmer: Bucarest. Polvo y sangre», de Alba Diz, analiza el libro-reportaje de una discípula de Ryszard Kapuscinski. Es el resultado de varias estancias largas en la capital rumana, por lo que refleja a alguien que no solo describe la ciudad, sino que la vive y la siente. Incluye el concepto de viaje temporal, ya que retrata Bucarest en sus distintas épocas históricas.

El capítulo de Sandra Teixeira, «Violencia de género: el viaje hacia la libertad en Donas de si, de Flay Alves», analiza las historias de cinco mujeres brasileñas que huyeron de distintas experiencias como la violencia o la pobreza. La autora del artículo busca relacionar estas historias con el viaje, al incluir el desplazamiento de una parte del país a otra, aunque, realmente, se trata de historias de superación.

Por último, Carmen Mejía cierra el libro con el trabajo «Viajes de poetas-viajeras», que analiza la antología Atlas poético. Viajeras del siglo XXI. Se trata de una obra de veintiocho poetas y de sus poemas de viajes, destacando la idea de «trayecto interior» y las impresiones sobre ciudades, que la autora del artículo divide en imágenes eufóricas e imágenes disfóricas.

Este recorrido por la literatura de viajes femenina de los siglos XIX al XXI es fiel a la premisa de entender aquella en su sentido más amplio al abrazar tanto viajes «fácticos» como imaginarios, siguiendo la idea de la presentación. Pese a lo inabarcable del planteamiento, se nos brinda la ocasión de acercarnos a autoras y obras (de relatos de viaje, de autobiografías, de poemas sobre el viaje, de relatos imaginarios o espirituales) cuya experiencia de vida y de escritura nos sigue todavía impresionando. Suponen en su conjunto un rico testimonio personal y literario de viajeras, unas más conocidas que otras, cuya obra nos llega a través de las coordinadoras y la editora de este interesante volumen.